Motivación intrínseca vs extrínseca: cómo encontrar lo que realmente te impulsa

Bloque de Audio
Haz doble clic aquí para cargar o enlazar un mp3. Más información

Imagina que estás en el gimnasio. Son las 6:00 a.m., hace frío, y aún no has tomado café. Te preguntas: ¿Qué demonios estoy haciendo aquí?
Ahora pausa. ¿Por qué estás ahí?

  • ¿Porque quieres sentirte fuerte, saludable y en control de tu vida?

  • ¿O porque tu entrenador te grita, tu pareja te comparó con alguien más o quieres lucir bien para la reunión de antiguos alumnos?

Bienvenido al universo de la motivación intrínseca vs extrínseca. Este artículo es una guía realista, práctica y sin adornos innecesarios para ayudarte a entender qué te mueve, por qué eso importa y cómo puedes usarlo a tu favor (en vez de sabotearte otra vez en febrero).

¿Qué es la motivación intrínseca?

La motivación intrínseca viene de dentro. Es cuando haces algo porque realmente te gusta, te interesa o te da satisfacción personal. No necesitas premios, ni amenazas, ni aplausos.

Ejemplos reales:

  • Hacer ejercicio porque te hace sentir vivo.

  • Aprender sobre nutrición porque disfrutas cuidar tu cuerpo.

  • Cocinar sano porque te encanta experimentar con sabores.

Esta motivación está relacionada con el placer del proceso, no del resultado.

Qué dice la ciencia:

Estudios en neuropsicología muestran que la motivación intrínseca activa áreas del cerebro relacionadas con el bienestar, como el sistema dopaminérgico. Además, favorece la persistencia, la creatividad y el aprendizaje profundo.

¿Y la motivación extrínseca?

La motivación extrínseca, en cambio, viene de factores externos. Haces algo para recibir una recompensa o evitar un castigo.

Ejemplos reales:

  • Hacer ejercicio porque te pesaron frente al grupo.

  • Comer ensalada para “ganarte” la pizza.

  • Dormir temprano porque tu jefe te revisa los ojos al día siguiente.

Qué dice la ciencia:

Funciona. Pero con límites. Los estudios muestran que la motivación extrínseca puede ser efectiva en el corto plazo, pero si se usa mal o en exceso, reduce la motivación interna y la satisfacción personal. Es decir: puedes llegar a odiar algo que antes disfrutabas.

¿Cuál es mejor?

La verdad es que no se trata de que una sea mejor que la otra, sino de saber cuándo y cómo usarlas. Ambas tienen su lugar, y la clave está en reconocer en qué momento cada una puede ser más útil.

La motivación intrínseca es ideal cuando buscas cambios duraderos, estás aprendiendo algo nuevo o quieres establecer hábitos sostenibles a largo plazo. Funciona muy bien cuando sientes un interés genuino por lo que haces. Sin embargo, puede flaquear cuando se trata de tareas que te parecen aburridas o que aún no te resultan significativas, como llenar formularios o aprender una habilidad que todavía no te interesa mucho.

Por otro lado, la motivación extrínseca es útil como un buen empujón inicial. Sirve para arrancar hábitos, afrontar situaciones de urgencia o completar tareas rutinarias que no necesariamente disfrutas, pero que necesitas hacer. El problema viene cuando se abusa de ella: si siempre dependes de recompensas externas o presiones, puede desaparecer el interés genuino, y terminarás haciendo las cosas por obligación en lugar de por convicción.

En resumen: usa la extrínseca para comenzar y la intrínseca para sostener. Son aliadas, no enemigas.

Cómo detectar si estás actuando por motivación intrínseca o extrínseca

Hazte estas preguntas:

  1. ¿Lo haría aunque nadie lo supiera?

  2. ¿Me siento bien mientras lo hago, o solo al terminar?

  3. ¿Dejaría de hacerlo si me quitaran la recompensa?

Si respondes sí a la primera y segunda, probablemente sea intrínseca. Si solo a la tercera, estás en modo extrínseco.

¿Puedo transformar una motivación extrínseca en intrínseca?

Sí. Este proceso se llama internalización. Significa que tomas algo que antes hacías por obligación o presión, y lo conviertes en parte de tu identidad o valores.

Ejemplo práctico:

  • Comienzas a meditar porque tu terapeuta te lo sugirió (extrínseca).

  • Luego descubres que te ayuda a manejar el estrés y lo haces por gusto (intrínseca).

El truco está en conectar la actividad con un valor personal. No se trata de engañarte, sino de encontrar el “para qué” auténtico.

Tips prácticos para fortalecer tu motivación intrínseca

  1. Explora tu "por qué" profundo: En lugar de decir “quiero bajar de peso”, pregúntate “¿qué cambiaría en mi vida si me sintiera con más energía?”.

  2. Hazlo divertido: Elige actividades que se alineen contigo. ¿Odio correr? Pues no corras. Baila, camina, boxea o haz jardinería.

  3. Celebra el proceso, no solo los logros: No esperes a los “resultados” para sentirte exitoso. Cada día que cumples un hábito, ya ganaste.

  4. Autonomía: Elige tú mismo tus metas. La imposición mata la motivación.

  5. Mejora, no perfección: Enfócate en ser mejor, no en ser el mejor.

Cómo usar la motivación extrínseca sin que te sabotee

  1. Úsala como "puerta de entrada": Está bien si al principio te mueves por presión o recompensa. Pero ten en mente que no es sostenible.

  2. Haz acuerdos con recompensas sanas: Ejemplo: si haces ejercicio toda la semana, te regalas una experiencia agradable (no comida basura como castigo o premio).

  3. Evita el chantaje emocional propio: No te digas “si no lo hago, soy un fracaso”. Eso destruye tu relación contigo mismo.

  4. Combínala con metas claras: Tener una fecha límite o un reto puede dar ese empujón que te falta para arrancar.

¿Y si no me siento motivado por nada?

Bienvenido al club de los humanos. La motivación no es una fuente infinita de energía mágica. A veces no estará, y eso no te convierte en flojo. Simplemente, tu entorno, tu energía o tu sentido de propósito están desconectados.

En esos casos:

  • Revisa si tus metas son tuyas o impuestas.

  • Duerme. Sí, así de simple. El agotamiento físico sabotea la motivación.

  • Simplifica. A veces el plan es tan complicado que tu cerebro dice “paso”.

  • Pide ayuda. Un buen coach, amigo o terapeuta puede ayudarte a reconectar con tu “para qué”.

En resumen

La motivación intrínseca es como una chispa interna que te enciende por dentro. La extrínseca es más como una cuerda que te hala desde afuera. Ambas sirven, pero solo cuando las usas de forma inteligente y equilibrada.

Si solo vives por motivación extrínseca, terminas agotado, frustrado y con la sensación de que vives para cumplir expectativas ajenas.
Si cultivas tu motivación intrínseca, incluso los cambios más difíciles se vuelven sostenibles y, a veces, hasta placenteros.

La clave es simple: haz lo que haces porque te hace sentido, no solo porque te hace lucir bien.

¿Quieres cambiar tu vida desde adentro?
Empieza por preguntarte: ¿Estoy viviendo desde la cuerda… o desde la chispa?

Artículos recomendados en Viva 360

  1. Establece metas que te motiven: El arte de ponerte objetivos que sí dan ganas de cumplir
    https://www.myviva360.com/blog-pro/establecer-metas-motivacion-salud

  2. Propósito vital: tu antídoto contra el estrés laboral
    https://www.myviva360.com/blog-pro/proposito-vital-antidoto-estres-laboral

  3. Determinación: El Secreto para Seguir Adelante Cuando Todo Se Vuelve Difícil
    https://www.myviva360.com/blog-pro/determinacion-perseverancia-exito-angela-duckworth

  4. Cómo la Técnica Pomodoro: el truco para hacer más en menos tiempo
    https://www.myviva360.com/blog-pro/tecnica-pomodoro-productividad-salud

  5. Pre‑compromiso: la estrategia oculta para alcanzar el autocontrol
    https://www.myviva360.com/blog-pro/pre-compromiso-estrategia-autocontrol

  6. Cómo alcanzar tus objetivos con el método METAS
    https://www.myviva360.com/blog-pro/metodo-metas-objetivos-saludables

  7. Jerarquía de Necesidades de Maslow: Guía Práctica para Mejorar tu Salud y Bienestar
    https://www.myviva360.com/blog-pro/jerarquia-necesidades-maslow-salud-bienestar

  8. Ikigai: Descubre tu propósito y mejora tu salud física, emocional y mental
    https://www.myviva360.com/blog-pro/ikigai-proposito-vida-salud

Fuentes

  1. Deci, E. L., & Ryan, R. M. (1985). Intrinsic motivation and self-determination in human behavior. Springer.
    https://link.springer.com/book/10.1007/978-1-4899-2271-7

  2. Ryan, R. M., & Deci, E. L. (2000). Intrinsic and extrinsic motivations: Classic definitions and new directions. Contemporary Educational Psychology, 25(1), 54–67.
    https://doi.org/10.1006/ceps.1999.1020

  3. Pink, D. H. (2009). Drive: The surprising truth about what motivates us. Riverhead Books.
    https://www.penguinrandomhouse.com/books/292891/drive-by-daniel-h-pink/

  4. Gneezy, U., Meier, S., & Rey-Biel, P. (2011). When and why incentives (don’t) work to modify behavior. Journal of Economic Perspectives, 25(4), 191–210.
    https://doi.org/10.1257/jep.25.4.191

  5. Duckworth, A. (2016). Grit: The power of passion and perseverance. Scribner.
    https://angeladuckworth.com/grit-book/

  6. Reiss, S. (2012). Intrinsic and extrinsic motivation. Teaching of Psychology, 39(2), 152–156.
    https://doi.org/10.1177/0098628312437704

  7. Deci, E. L., Koestner, R., & Ryan, R. M. (1999). A meta-analytic review of experiments examining the effects of extrinsic rewards on intrinsic motivation. Psychological Bulletin, 125(6), 627–668.
    https://doi.org/10.1037/0033-2909.125.6.627

Siguiente
Siguiente

Epigenética aplicada: cómo tus hábitos reescriben tu salud sin cambiar tu ADN