Carlos creó Viva 360 por muchos motivos...
Pero hay tres que lo cambiaron todo.
Motivo físico
Desde niño, Carlos luchó con su delgadez. No era solo una cuestión estética, era una inseguridad constante. Probó con pesas, calistenia y todo tipo de ejercicios, pero nunca lograba mantener el ritmo por más de unos meses. Comía en exceso, confiando en que los carbohidratos y el azúcar lo ayudarían a subir de peso. Pero su cuerpo no respondía, y eso lo frustraba profundamente.
Motivo mental
Durante la pandemia, Carlos —como muchas personas— enfrentó una etapa de cambios difíciles. Tuvo que abandonar sus estudios de aviación, se quedó sin trabajo y empezó a sentir una tristeza profunda. Poco a poco, se fue alejando de todo y de todos. Dormía apenas dos horas por noche, no salía de su habitación y pasaba hasta cuatro horas seguidas en redes sociales para distraerse.
Aunque nunca fue diagnosticado por un psicólogo, los síntomas eran claros: depresión, ansiedad y ataques de pánico sin una razón aparente. Se sentía atrapado en un hueco sin salida.
Motivo espiritual
Carlos llegó a un punto en el que ya no le importaba realmente su vida. Su enfoque estaba en distraerse, en olvidar que existía. Como agnóstico, no le interesaba si Dios existía o no. Para él, el mundo solo parecía estar lleno de dolor… y Dios, simplemente, no estaba por ningún lado. Lo que sentía no era tristeza: era odio por la vida misma.
La historia es mucho más larga, pero todo cambió cuando entendió algo fundamental:
Nunca podrás transformar tu físico si no tienes la mentalidad correcta.
Y nunca tendrás la mentalidad correcta si no encuentras un propósito espiritual.
Y nunca encontrarás un propósito si no sabes qué es el amor.
Por eso su nombre:
Viva 360
Una vida en todos los sentidos.
Cuerpo, mente y espíritu alineados en una transformación completa.
Por eso su llamado:
“Y sobre todas estas virtudes, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”
— Colosenses 3:14
Porque sin amor, nada de lo demás tiene sentido.
Y con amor, todo puede empezar a sanar.