¿Por qué interpretamos mal nuestros síntomas? Descubre el Modelo de Autorregulación de Leventhal

Cuando el cuerpo habla, la mente responde. Pero… ¿responde bien?
Esa es la gran pregunta detrás del Modelo de Autorregulación de Leventhal, una teoría que nos ayuda a entender cómo las personas interpretan sus síntomas, toman decisiones sobre su salud y, sobre todo, cómo se comportan frente a enfermedades o malestares.

Y sí, por raro que suene, todos somos mini psicólogos de nosotros mismos… aunque muchas veces trabajamos sin título.

Este artículo te explicará de manera clara, útil y con ejemplos reales cómo funciona este modelo, cómo afecta tus decisiones diarias (incluso cuando decides ignorar ese dolorcito que lleva tres semanas), y qué puedes hacer para tomar decisiones más saludables usando tu propio sistema mental.

¿Qué es el Modelo de Autorregulación de Leventhal?

El modelo fue desarrollado por el psicólogo Howard Leventhal en los años 80. La idea central es simple pero poderosa:
cuando una persona experimenta un síntoma (como dolor, fatiga o malestar), su mente crea una “historia” o interpretación de lo que está pasando, y esa historia guía lo que hace a continuación.

Es como cuando ves una luz encendida en el tablero del auto:

  • Unos piensan: “¡el motor está por explotar!”

  • Otros: “seguro es una tontería.”
    Dependiendo de lo que interpretes, decides si vas al mecánico… o sigues manejando con los dedos cruzados.

Con el cuerpo pasa igual. Interpretamos los síntomas, tomamos decisiones (acertadas o no), y luego evaluamos si lo que hicimos funcionó. Ese es el ciclo del modelo.

Las 3 Fases del Modelo (sin tecnicismos)

  1. Interpretación

  2. Coping (afrontamiento)

  3. Evaluación

Cada fase influye en la siguiente. Y todas ocurren casi sin darnos cuenta.

Ejemplo cotidiano para entenderlo todo: El dolor de cabeza del lunes

Imagina esto:
Es lunes. Te despiertas con dolor de cabeza. Bastante común, piensas. Tomaste poco café ayer, dormiste raro, y el calor fue insoportable. Así que te tomas una pastilla y te vas al trabajo. Fin del problema, ¿cierto?

Pero…

  • El dolor sigue el martes.

  • El miércoles también.

  • Ya no es tan leve. La luz te molesta. Andas más irritable que de costumbre.

Aquí es donde entra el Modelo de Leventhal en acción, aunque tú no lo sepas:

1. Interpretación

Tu mente empieza a buscar explicaciones:

  • “Debe ser estrés del trabajo.”

  • “Quizá el aire acondicionado me está afectando.”

  • “Yo siempre he sido de migrañas.”

Tu cerebro arma una teoría rápida, aunque no tenga pruebas. En este caso, crees que es algo externo o emocional. Lo que no sabes es que llevas días deshidratado y no has tomado ni medio vaso de agua desde el viernes. El dolor de cabeza no es estrés: es tu cuerpo rogando por hidratación.

2. Afrontamiento

Actúas según tu interpretación:
Tomas otra pastilla. Ignoras el síntoma. Tomas café en vez de agua.
No cambias el entorno ni tu rutina. No consultas a nadie. Porque tu mente ya decidió: “esto no es grave”.

3. Evaluación

Como la pastilla no resuelve nada, tu mente entra en la tercera fase:

  • “Tal vez necesito algo más fuerte.”

  • “Debe ser una migraña crónica.”

Y entonces podrías subir la dosis, o incluso hacerte la idea de que este dolor es parte de tu nueva normalidad… sin haber resuelto la causa real: deshidratación simple.

Lo importante no es solo lo que sientes, sino cómo lo interpretas

El modelo de Leventhal deja claro que las personas no reaccionan directamente a los síntomas, sino a lo que creen que esos síntomas significan.

Tus pensamientos sobre lo que te está pasando influyen en:

  • Si buscas ayuda o no

  • Qué tipo de ayuda buscas

  • Si actúas rápido o te quedas esperando

  • Y si cambias de estrategia cuando algo no funciona

Y esto aplica para todo: una tos, un dolor muscular, insomnio, ansiedad, fatiga, cambios en la piel. Muchas veces, una mala interpretación puede llevar a malos hábitos de salud, automedicación innecesaria o miedo injustificado.

¿Cómo se forman esas interpretaciones?

Leventhal identificó que toda persona arma una especie de “mapa mental” de su malestar, que incluye 5 elementos:

  1. Identidad: ¿Qué creo que tengo?

  2. Causa: ¿Por qué me pasa esto?

  3. Consecuencias: ¿Qué tan grave es?

  4. Duración: ¿Esto es temporal o crónico?

  5. Control/Cura: ¿Se puede curar o manejar?

Ese mapa mental no siempre es realista. Puede estar influenciado por experiencias pasadas, creencias familiares, redes sociales o simplemente ansiedad. Y ahí es cuando tomamos decisiones poco útiles.

Cómo usar este modelo a tu favor (en la vida real)

Este modelo no es solo teoría. Es una herramienta práctica para mejorar tu autocuidado. Aquí van algunas estrategias:

1. Detente y observa cómo estás interpretando lo que sientes

Pregúntate:

  • ¿Estoy asumiendo demasiado rápido qué es esto?

  • ¿Podría haber otras explicaciones?

  • ¿Estoy dejando que el miedo tome el volante?

2. No te creas todo lo que piensas (al menos no de inmediato)

Sí, tu cuerpo habla. Pero tu mente a veces exagera, minimiza o inventa. La intuición ayuda, pero no reemplaza la información real. Y eso se consigue observando bien o consultando con profesionales.

3. Evalúa si lo que haces realmente te ayuda

¿Lo que estás haciendo te acerca al alivio… o solo te calma momentáneamente?
¿Estás tratando el síntoma o la causa?

4. Actualiza tus ideas sobre lo que es “normal” en tu salud

Si llevas años ignorando señales del cuerpo porque “a mí siempre me pasa”, tal vez sea momento de cambiar esa narrativa. Las ideas viejas no siempre aplican a tu cuerpo de hoy.

En resumen

El Modelo de Autorregulación de Leventhal nos recuerda algo clave:
No reaccionamos a lo que sentimos, sino a lo que creemos que sentimos.

Esa interpretación define si nos cuidamos bien o mal.
Por eso, tomar conciencia de cómo funciona tu mente frente a síntomas y malestares puede marcar la diferencia entre resolver un problema… o vivir con él sin necesidad.

Y no necesitas ser psicólogo ni médico para usar este modelo. Solo hace falta detenerte, cuestionarte un poco y permitirte ver las cosas con más claridad.
Porque a veces, lo que parece complicado, solo necesita agua. Literal.

Artículos recomendados en Viva 360

Fuentes

Leventhal, H., Meyer, D., & Nerenz, D. (1980). The common sense representation of illness danger. In S. Rachman (Ed.), Medical Psychology (Vol. 2, pp. 7–30). Pergamon Press.
https://doi.org/10.1016/B978-0-08-024928-5.50007-9

Leventhal, H., Brissette, I., & Leventhal, E. A. (2003). The common-sense model of self-regulation of health and illness. In L. D. Cameron & H. Leventhal (Eds.), The self-regulation of health and illness behaviour (pp. 42–65). Routledge.
https://doi.org/10.4324/9780203645998

Cameron, L. D., & Leventhal, H. (2003). Self-regulation, health, and illness: An overview. In L. D. Cameron & H. Leventhal (Eds.), The Self-Regulation of Health and Illness Behaviour (pp. 1–13). Routledge.
https://www.routledge.com/The-Self-Regulation-of-Health-and-Illness-Behaviour/Cameron-Leventhal/p/book/9780415290597

Diefenbach, M. A., & Leventhal, H. (1996). The common-sense model of illness representation: Theoretical and practical considerations. Journal of Social Distress and the Homeless, 5(1), 11–38.
https://doi.org/10.1007/BF02090456

Hagger, M. S., & Orbell, S. (2003). A meta-analytic review of the common-sense model of illness representations. Psychology and Health, 18(2), 141–184.
https://doi.org/10.1080/088704403100081321

Siguiente
Siguiente

Magnesio: El mineral esencial que estás ignorando y cómo afecta tu salud diaria